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Un paso adelante en el campo de la seguridad motociclista acabó de darse
la semana pasada en Munich gracias a la empresa Reevu que lleva cerca de diez
años con el desarrollo de este casco especial con retrovisor integrado.
Los espejos suelen ser de pequeño tamaño para integrarse al máximo
en la carrocería, evitar roturas por roces laterales y ofrecer poca resistencia
aerodinámica. Pero es que, además, las motos han de tumbarse para
poder encarar las curvas correctamente, y es en estos casos cuando el ángulo
de visión se modifica, llegando en ciertos momentos a impedir que los
retrovisores sean efectivos.
Para solucionar estos problemas, la firma británica Reevu ha diseñado
un revolucionario que permite ver hacia atrás por un retrovisor equivalente
al que lleva un turismo bajo el parabrisas delantero. El secreto consiste en
un novedoso sistema de espejos montados a mano y dispuestos en hilera que recibe
el nombre de MROS. Están diseñados sobre la base de un casco tipo
integral, es decir, aquél que cubre toda la cabeza y, a diferencia del
resto, protege también la cara y la mandíbula del piloto.
El sistema va integrado en la calota del casco, las imágenes se reciben
a través de la falsa pantalla situada en la parte posterior del casco,
y las proyecta en una especie de retrovisor situado a la altura de los ojos
en la parte delantera.