La undécima etapa del rally Lisboa-Dakar fue de 'reposo' para los pilotos
participantes, ya que los pilotos sólo tuvieron que cubrir el enlace entre
Nema y Ayoun-el-Atrous, de 280 kilómetros. No hubo en esta ocasión
lucha contra el crónometro, pues, con lo que la clasificación se
mantiene como estaba, con Marc Coma y Stéphane Peterhansel como líderes
en motos y coches.
Carlos Sainz ha digerido la decepción por quedarse fuera de la pelea
en el Dakar y ha tardado poco en fijarse nuevas metas, que pasan por "ganar
todas las etapas que pueda" hasta la capital senegalesa.
El recorrido ha sido recortado casi a la mitad de lo previsto en un principio
--de 746 a 484 kilómetros--, pero los 257 kilómetros de especial
serán los mismos previstos inicialmente. Los participantes realizarán
así un breve paso por Malí, justo antes de entrar en Senegal en
la jornada siguiente.
Los participantes ya no tendrán que atravesar dunas, pero la dificultad
vendrá por la estrechez de las pistas y la velocidad que alcanzarán.
Mañana, se encontrarán con la sabana y los bosques característicos
del Africa negra.
Carlos Sainz negó que el problema mecánico que le hizo perder
más de siete horas en la novena etapa del Dakar se debiera a un accidente.
"No hubo impacto. Di un frenazo, el coche se paró y cuando fui a
arrancar no pude. Pero no golpeamos contra nada. El coche está intacto",
aseguró el madrileño.
Sainz quiso salir al paso de las informaciones que apuntan a que su Touareg
chocó contra algo antes de averiarse. El francés Luc Alphand,
defensor del título, relató que Sainz les adelantó muy
deprisa en un tramo peligroso y que en el punto en el que se quedó averiado
había un gran escalón.
“Creo que podía haber luchado por ganar este Dakar. He estado
en cabeza y he luchado por la victoria, pero los coches han tenido un problema,
no tiene nada que ver con el piloto. El equipo tendrá que encontrar el
problema. Me sabe mal por el equipo”.