Manuel Lojo García, campeón gallego de eslalon, de 39 años,
murió a consecuencia de las lesiones que sufrió en un accidente
de tráfico en Rois (Galicia). Su coche de competición, un Citroën
Saxo, en el que iba de copiloto, chocó contra un Focus que se saltó
un stop.
Era muy conocido en Santiago, tanto en el ámbito laboral como en el
mundo de los rallys. Siempre tenía una sonrisa en la boca. Era alegre,
positivo, entusiasta de los rallys, y tenía previsto casarse con Patricia,
su novia de toda la vida. Pero la carretera terminó con su vida.
Según algunos testigos del accidente, Manuel Lojo no llevaba puestos
los arneses de sujeción, pues estaba moviéndose por el interior
del vehículo intentando localizar un ruido que hacía el coche.
Para ello, el conductor y el propio Lojo habían decidido meterse por
una carretera secundaria con la finalidad de reducir la velocidad e intentar
dar con el problema del Citroën Saxo. Según parece, esa maniobra
no querían realizarla en una vía principal para no interrumpir
el tráfico, por lo despacio que tenían que circular para observar
con detalle el problema del coche.
Según informaron fuentes de la Guardia Civil de Tráfico de Santiago,
en el percance se vieron implicados el Citroën Saxo de competición,
con placas de matrícula 6774 BTD, en el que viajaba Manuel Lojo García
y que era conducido por el noiés Francisco Oviedo Bouzas, que resultó
herido leve y ya fue dado de alta, y un Ford Focus, 9658 FGZ, a cuyo volante
el piloto salió ileso.
Al parecer, este último coche se incorporaba desde una pista local a
la carretera AC-308 en el momento en que pasaba por ella el coche de rally,
al que golpeó bruscamente en la parte frontal derecha.
Pilotos y representantes de la mayor parte de las escuderías automovilísticas
de Galicia se trasladaron ayer a la localidad muradana para dar el último
adiós a su compañero Manuel Lojo García.
Pese a que el piloto residía en la ciudad compostelana, visitaba con
frecuencia a su familia de Muros, municipio en el que también se encuentra
enterrado su padre. Por ello, el corredor de 39 años recibió sepultura
en el cementerio de A Atalaia, tras un funeral que tuvo lugar en la iglesia
parroquial de la villa.
Pese a las heridas que sufrió en el accidente del miércoles,
tampoco quiso faltar a esta emotiva despedida la persona que conducía
el coche en el que Lojo viajaba como acompañante cuando perdió
la vida, el noiés Francisco Oviedo.