Con carrocería de cinco puertas, respecto a su antecesor ha crecido en
todas sus cotas a excepción de la altura, ya que mantiene los 1,82 metros
desde el suelo hasta las barras del techo. Ahora es 12 centímetros más
largo (4,50 metros por los 4,38 metros del anterior) y 11 centímetros más
ancho (1,91 m frente al 1,80). Ha ganado también 11 centímetros
de batalla (2,66 metros por 2,55).
Inicialmente tiene dos motores -uno de gasolina con 233 CV y otro Diesel de
160 CV- y un sistema de tracción total conectable automáticamente
sin reductora. Este modelo reemplaza al Freelander que apareció en 1997.
Mecánicamente habrá un motor de gasolina mucho más potente
que el actual, pues será un V6 de 3,2 litros de cilindrada y 233 cv de
potencia, con el cual el nuevo Land Rover Freelander podrá alcanzar los
200 km/h y acelerar de 0 a 100 km/h en sólo 8,9 segundos. Esta mecánica
irá obligatoriamente asociada a una caja automática de seis velocidades
con mando secuencial. No obstante, el motor estrella será el diesel TD4
(desarrollado por PSA y Ford), en este caso con 2,2 litros de cilindrada y 160
cv; una motorización prácticamente idéntica a la recién
presentada en otros automóviles de los grupos PSA y Ford. Con dicho motor,
que tiene filtro de partículas DPF y desarrolla un alto par de 400 Nm,
el Freelander diesel, que lleva nueva caja de cambios manual de seis velocidades,
puede llegar a 181 km/h de velocidad punta y acelerar de 0 a 100 km/h en 11,7
segundos, siendo su consumo medio de 7,5 l/100 km. La combinación del
Freelander 2.2 TD4 160 cv con caja automática llegará un poco
más tarde, en primavera de 2007.
El interior transmite una sensación de calidad. Por su diseño
y la ubicación de los mandos, el salpicadero recuerda al del Range Rover
Sport. Los materiales presentan buen aspecto y los ajustes, en general, son
correctos.
Los asientos delanteros son cómodos y recogen bien el cuerpo en las
curvas. El volante tiene regulaciones en altura y profundidad. La visibilidad
es buena gracias a una posición de conducción elevada y al generoso
tamaño de los retrovisores exteriores.
El diseño no sólo se limita a proporcionar sensaciones. Sus creadores
aseguran que también tiene una razón funcional. En la posición
del conductor la visibilidad es notable, gracias a la reducción al máximo
del grosor de los pilares y a la envoltura acristalada de la parte trasera.
La dirección es de cremallera y sólo hay 2,6 vueltas entre tope
y tope. Los frenos son de disco, ventilados delante y detrás. Los traseros
son de 320 mm de diámetro, los delanteros cambian en función del
motor. De este modo, la versión Td4 (motor Diesel) lleva unos discos
delanteros de menor tamaño, 300 mm, que los traseros; el de gasolina
lleva unos mayores, de 360 mm.
Algunos elementos de equipamiento que puede tener, según la versión,
son: conexión automática de luces y limpiaparabrisas, programador
de velocidad, climatizador de doble zona con filtro antipolen, techo solar panorámico
deslizante, ayuda al aparcamiento delante y detrás, navegador con DVD
y pantalla táctil en color, manos libres Bluetooth, equipo de sonido
Alpine con «Dolby Prologic IIx» y doce altavoces o radio digital.