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GASOLINA EN GUERRA
Un confuso panorama de guerras, crisis energéticas y estadísticas
fueron las causas para explicar la superación de la barrera de los 40 dólares
por barril de crudo. En realidad, se debió todo a una extraordinaria labor
especulativa en un mercado muy proclive al beneficio rápido.
A finales de agosto el precio del barril del petróleo alcanzó su
máximo histórico (por encima de los 49 dólares). Se dieron
muchas razones. Crisis, guerras, inestabilidad, incremento de la demanda, pero
por encima de todas ellas una única y verdadera causa: la especulación,
una especie de juego de apuestas para tratar de sacar tajada, aprovechando la
conflictiva coyuntura internacional. De hecho, se hacía énfasis
en Irak, en el bloqueo de cuentas de la petrolera, en el ascenso de China al segundo
puesto en el ranking de consumo mundial, en las crisis regionales de Nigeria y
Venezuela y en el agotamiento de las reservas mundiales, con el objeto de elevar
la desconfianza internacional ante un problema de abastecimiento y subir las tarifas.
Mientras esto ocurría, todos esos intermediarios se beneficiaban como nunca.
Pongamos las cosas claras, la OPEP entiende que el precio óptimo del
petróleo, el que garantizaría estabilidad, se encuentra en torno
a los 25 dólares. Según la mayoría de los analistas del
mercado petrolífero, un problema de abastecimiento derivado de las causas
anteriormente enunciadas supone un incremento de 5 a 10 dólares sobre
el precio. Significaría, por tanto, un barril de petróleo a 35
dólares como mucho. ¿Cómo es posible entonces que haya
superado los 40 dólares? Otro dato es que el petróleo que se está
refinando ahora mismo se compró hace un tiempo, cuando el barril de crudo
no alcanzaba los precios actuales. ¿Por qué se vende la gasolina
refinada a partir de un petróleo comprado en junio o julio a precios
de un petróleo de hoy?
Por último, el dato que avala la existencia de una especulación
como primera culpable de la situación lo encontramos en la tendencia
descendente que ha comenzado a seguir la cotización del crudo en los
últimos días. Los problemas en Irak, en Venezuela, en Nigeria,
con la petrolera Yukos, etc. continúan más o menos igual que hace
un tiempo. Lo que ha hecho bajar el precio del petróleo es que la especulación
ha llegado a su máximo. Con esto, los que han hecho, su agosto, han considerado
que han obtenido el máximo de lo que podían obtener.
Para entender esta situación hay que comprender primero cómo funciona
el mercado del crudo. Se organiza sobre futuros, es decir, lo que se compra
hoy se va vender dentro de un tiempo.
Analicemos una por una esas situaciones para ver si su incidencia sobre el aumento
del precio del barril es tal como ciertos individuos nos quieren hacer creer.
-Primero, no circula suficiente petróleo para afrontar la demanda global.
-Segundo, la inestabilidad en Irak, ahora mismo el país ocupado produce
a un ritmo inferior a sus posibilidades. Todos los daños que se están
produciendo a oleoductos, pozos e infraestructuras petrolíferas es cierto
que ralentizan la producción nacional de crudo, pero ésta es insignificante
respecto a la producción mundial.
-Tercero, Yukos, la primera compañía petrolera rusa, que tiene
sus cuentas bloqueadas por el gobierno dentro de un proceso de investigación,
trabaja con el dos por ciento del petróleo mundial. Se trata de una cifra
que por sí sola podría provocar inestabilidad. No hay problema,
al menos para el mercado del petróleo mundial, si acaso para el ruso.
-Cuarto. El problema derivado del consumo chino se está magnificando.
Aunque el país asiático sea el segundo mayor consumidor del mundo,
es asumible por las petroleras. Será a largo plazo, en el momento que
China supere a los Estados Unidos, cuando sea un factor fundamental en el establecimiento
de los precios internacionales, pero no ahora.
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