El piloto de Ferrari Michael Schumacher negó el sábado haber utilizado
malas artes tras asegurarse la pole position en el Gran Premio de Mónaco,
que llevó a sus rivales a cuestionarse su deportividad.
El heptacampeón paró su monoplaza en la salida de la penúltima
curva en los últimos instantes de la clasificación, impidiendo
que el campeón del mundo Fernando Alonso y los otros pilotos rodasen
más rápido.
Además, los comisarios deportivos sancionaron al compañero de
equipo de Alonso, Giancarlo Fisichella, ya que entendieron que obstaculizó
al escocés David Coulthard, de Red Bull. Al italiano, quien había
finalizado quinto en pista, le quitaron sus tres mejores registros.
"Tengo mi opinión y no la voy a decir aquí," sostuvo
el piloto asturiano, de 24 años, cuando periodistas le pidieron su punto
de vista sobre el incidente.
El jefe de su equipo, Flavio Briatore, quien dirigió a Schumacher en
sus dos primeros títulos con la escudería Benetton, no tuvo impedimentos
para descargar su fastidio.
"Creo que nos está tomando en broma," expresó. "Alguien
que ganó siete veces el campeonato del mundo quiere que creamos que no
lo hizo a propósito, esto es de cuento," agregó, en declaraciones
a la prensa.
Este incidente hizo perder a Alonso cuatro décimas de segundo al tener
que cerrarse para tomar la curva y con ello perdió las posibilidades
de lograr el primer puesto.