La carrera fue espectacular, y puso en pie a los más de 25.000 aficionados al motor que se dieron cita en el Circuito del Jarama. La salida tuvo que darse dos veces, ya que en la primera un brutal accidente en la subida a la Hípica en el que se vieron afectados cuatro coches hizo que los comisarios sacaran bandera roja. Los afectados en el impacto fueron el Ferrari 360 Challenge de Lario Racing, el Seat Cupra de Sun Red, el Mosler de V-Line, y el Ferrari 355 del Club Jarama RACE.

La segunda salida lanzada volvió a colocar al Marcos de Miguel Cristovao en la primera posición, pero la mala suerte se cebó con él. El piloto portugués perdió un neumático en mitad de la carrera, y se vio obligado al abandono cuando apenas se habían disputado un par de vueltas. Michele Bartyan cogió el liderato, y rápidamente intentó abrir hueco respecto a sus rivales, que en ese momento eran el Porsche de Drivex, pilotado por Miguel Ángel de Castro, y el Ferrari 430 de GPC, con Marco Lambertini al volante. Por detrás, quien había iniciado su remontada era el otro equipo de Play Team, el formado por Manuel Giao y Ni Amorin. Con Giao al volante, el Ferrari 360 se mostró increíblemente competitivo en la pista madrileña, y ascendió hasta la tercera plaza antes de que empezaran a producirse los cambios de piloto.

El panorama cambió bastante tras este intermedio. Alessandro Pier Guidi volvió a colocarse primero, pero por detrás el Mosler de Motor Competición logró ascender a la segunda plaza, en parte gracias a un toque entre el Porsche de Ángel Burgueño (Drivex) y el Ferrari 430 de Gabriele Gardel (GPC), y a la salida de pista de Ni Amorin con el segundo Ferrari de Play Team.

También fue ganando posiciones otro Ferrari, el de RSV Motorsport, que finalmente se alzó con la tercera plaza.

En GTB, la victoria volvió a corresponder a los hermanos Rodrigo con el Ferrari 430 Challenge. La pareja española volvió a dominar de principio a fin, aunque al final de la prueba el equipo de Gianni Giudici le peleó el triunfo.