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BMW M3 CSL
“Menos es más”. Menos, 110 kilos; más 17 CV.
Con ésta receta BMW ha logrado un M3, el CSL, absolutamente
Espectacular por eficacia y sensaciones al volante.
El M3CSL es un deportivo de élite, su dieta se compone de mucha fibra de carbono, de fibra vidrio y algo de aluminio. La primera se utiliza en los alerones aerodinámicos inferiores del paragolpes delantero, también llega el carbono a los paneles interiores de las puertas y del túnel de transmisión.
Donde más espectacular parece es en el techo de la carrocería, donde se ahorran 6 kilos y se baja baja el centro de gravedad. La tapa del maletero, el difusor aerodinámico trasero y el soporte de paragolpes posterior son de fibra de vidrio.
De aluminio es el capó, y ahorramos peso con la delgada luneta delantera.
Con respecto a las llantas podemos decir que su tamaño son de 19 pulgadas y unos neumáticos específicos de anchísima sección son 11 kilos más ligeros.
La suspensión se ha adaptado a esta reducción de peso: amortiguadores diferentes y muelles más cortos y de menor tensión. El trabajo remata una dirección más directa y discos de frenos delanteros más grandes, de 345 milímetros.
El carácter del motor sigue una línea de pureza deportiva, pero sus 17 CV, son una ridiculez comparado con su talante.
Estamos ante aceleraciones vertiginosas, apoyos instantáneos, movimientos cortos y sólidos, rugidos mecánicos estresantes.
Cuando nos subimos al M3 nos embutimos en unos asientos baquet forrados en piel vuelta, como el volante, de aro grande y elevado, gobernando un cambio secuencial de verdad, con pomo o levas. No se echa en falta la radio, los faros antinieblas, o los sensores de luz, o la alarmar, los airbag laterales…
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