El Mundial de Motociclismo 2006 empieza este fin de semana en el circuito de Jerez,
España, en donde una vez más, el actual heptacampeón, Valentino
Rossi, a bordo de su Yamaha M1, se perfila como el favorito al título.
Después de la intensa pretemporada de todos los equipos, la categoría
de MotoGP sigue teniendo a priori un dominador claro en el italiano Valentino
Rossi, pero los entrenamientos realizados en Phillip Island, Sepang , Montmeló
y Jerez han demostrado la progresión realizada por algunos pilotos, en
particular del rookie español Daniel Pedrosa, a quien los últimos
simulacros de carrera le han permitido calibrar su situación actual.
Los problemas de vibraciones sufridos por la moto de Rossi en los últimos
entrenamientos de Jerez han hecho saltar las señales de alarma en el
cuartel general de Yamaha, pues las diferencias registradas -por encima del
segundo-, no son desde luego una referencia como para estar tranquilo.
Dani Pedrosa en MotoGP y, a pesar de su condición de debutante, sus
nuevos rivales lo vigilan de reojo, porque ya saben que el jovencísimo
español puede ser muy peligroso. Su adaptación a una máquina
que casi le triplica en peso ha sido buena y sus resultados magníficos,
pero las pruebas acerca de sus auténticas opciones no se obtendrán
hasta su estreno en Jerez este domingo.
Mientras Rossi empezó muy fuerte pero no ha podido progresar en la misma
medida, quien sí lo ha hecho ha sido Daniel Pedrosa, que en un circuito
como el de Jerez, "en casa", acabó maravillando a propios y
extraños por su rendimiento, lo mismo que los pilotos de Ducati, a quienes
parece que sus neumáticos Bridgestone comienzan "a funcionar"
casi en cualquier trazado.
Tanto el italiano Loris Capirossi como el español Sete Gibernau han
cumplido con creces a lo largo de la pretemporada y, sobre todo en el caso del
barcelonés, se presentan en Jerez con las máximas expectativas
y a un nivel que les permite albergar esperanzas de luchar por el podio desde
el primer Gran Premio.
Sete dejó Honda para soñar con un proyecto nuevo, con el respaldo
de toda una fábrica. Sete Gibernau es feliz de nuevo, ahora bajo el rojo
de Ducati Marlboro, y no quiere pensar en el pasado. En su décima temporada
en la categoría reina no parte como favorito, pero quiere hablar con
resultados sobre la pista. Su objetivo es ser campeón, pero no se obsesiona.
"No quiero derrotar a nadie, sino ser campeón".