El defensor del Pueblo, Enrique Múgica, ha defendido que superar los límites
de velocidad incrementa los accidentes de tráfico y su gravedad. Para luchar
contra la alta siniestralidad ha propuesto que todos los automóviles lleven
incorporados limitadores de velocidad.
Hasta ahora sólo los camiones y autobuses llevan este dispositivo.
Esta propuesta fue planteada por el defensor del Pueblo durante su comparecencia
ante la Comisión sobre Seguridad Vial del Congreso de los Diputados,
en la que abogó por esta medida "aun conociendo los inconvenientes
y dificultades", casi todas, dijo, de carácter económico,
que podría suscitar.
Para Múgica, merece la pena iniciar un debate en torno a esta medida
y buscar consensos necesarios para conseguir una mayor seguridad vial y salvar
todas las vidas que sean posibles.
"Ello puede suponer, como contrapartida de la seguridad proporcionada,
la cesión de algunas aparentes ventajas propias de los vehículos
modernos, como las que proporcionan una mayor velocidad a los mismos; sin embargo,
la primacía del derecho a la vida y a la integridad física debe
considerarse prioritaria", afirmó Múgica.
La adjunta al Defensor del Pueblo, María Luisa Cava de Llano y Carrió,
indicó en su intervención que "la ciudadanía no entiende
cómo hay una limitación en las carreteras y cómo se venden
coches que pueden alcanzar los 300 kilómetros por hora".
Múgica defendió la necesidad de reformar el Código Penal
y se mostró de acuerdo con las propuestas del director general de Tráfico
de calificar como delito penal el exceso de velocidad del límite de la
vía en más de 60 kilómetros por hora, y superar un gramo
por litro de alcohol en sangre cuando se conduce.
"La indeterminación legal no se ajusta en estos momentos, dada
la potencia y el número de vehículos existentes, a la realidad
del tráfico rodado, ni es adecuada para hacer frente a la alta siniestralidad
que tiene nuestro país", sentenció. Y recordó que
el 36% de los conductores fallecidos superaba la tasa de alcoholemia permitida.