En la redacción recibimos cada día montones de emails con quejas sobre la lentitud o el mal funcionamiento de tal o cual taller. Y mira por donde, en uno de ellos se refería a un taller que conocemos bien y del que nos consta su seriedad, por lo que nos pusimos en contacto con el dueño para que nos contase su versión.
Resulta que el cliente llevo la moto un jueves por la tarde (vimos la hoja de trabajo con la hora y el día de entrada) para cambiar embrague, pastillas de freno, neumáticos, y todo el conjunto de transmisión… ¡y la quería para el día siguiente porque el sábado había quedado para salir a rodar con los amigos! No la tuvo hasta el lunes porque era materialmente imposible, pero el cliente se enfadó y no se le ocurrió mejor venganza que quejarse a las revistas, en las redes sociales, y vete tú a saber en cuantos sitios más.
No sabemos si en todos los países será igual o solo ocurre en el nuestro, España, pero hasta que no empieza a hacer calor, aquí casi nadie nos acordamos que hay que preparar la moto para estos meses que la usaremos más a menudo.
Si con frio y lluvia es cuando menos la usamos, también debería cuando los talleres tuvieran más trabajo. Pero para ellos el invierno es largo, aburrido, y lo que es peor, económicamente muy duro. Todo el trabajo se les acumula en un corto periodo de tiempo, y nuestras prisas por tener las motos cuanto antes tampoco les ayudan a darnos un buen servicio. Y aun así lo intentan con todas sus fuerzas porque saben que en ello les va su modo de vida.
Así que si hasta que ha llegado el buen tiempo no te has acordado que tienes una moto en el garaje, y el mecánico ahora te dice que va a tardar más de lo que pensabas en tenértela lista asume que no es culpa suya… Ni las revistas ni las redes sociales vamos a solucionar tu problema, pero tu rabieta puede dañar de forma irreparable la imagen de un profesional cuyo único pecado es que sus días solo tienen 24 horas.
El año próximo llévale la moto en Enero y verás cómo te recibe con los brazos abiertos.