Había sido sometido a una delicada intervención quirúrgica en abril pasado para retirar el tumor, pero no logró recuperarse. Su última carrera había sido en el 2003, Burns abandonó precipitadamente el deporte activo días antes del Rally de Gran Bretaña, precisamente yendo de Londres a Cardiff para iniciar los ensayos, Richard sufrió un desfallecimiento mientras conducía su Porsche. Markko Martin, otro gran especialista de rallies, y que viajaba con él, pudo controlar el vehículo y evitar el accidente. Los exámenes médicos revelaron el alcance de su enfernedad y desde entonces estuvo sometido a un duro régimen de radioterapia y quimioterapia.

Su muerte ha sido dada a conocer a través de un comunicado de la familia, en el que se señala: "Desde el inicio de su enfermedad, Richard sabía que sería muy difícil. Afrontó la situación con bravura y buen humor. Después de la quimioterapia y radioterapia, en verano de 2004, ya no pudo abandonar el hospital. Durante breves momentos su estado de salud parecía haber mejorado un poco, pero seis meses más tarde volvió a empeorar". "El milagro no se ha producido y Richard cayó en coma", concluye el comunicado.