El presidente de la compañía, Jorge Lasheras, explicó que la X-MAX 125 se comenzará a producir en masa a partir de finales de este mes y que la compañía prevé exportar el 85% de estas motocicletas de "alto valor añadido".

El modelo de X-Max de 125 y la versión de 250 centímetros cúbicos -implantada durante este año en la planta catalana- han supuesto una inversión de nueve millones de euros, con el objetivo de comercializar 32.000 unidades anuales. Así, estos modelos se convertirán en la "familia de productos más importante" de la factoría por cifra de negocio. En términos globales, Yamaha espera aumentar en 6.000 unidades su producción total en el 2006, pasando de los 98.000 vehículos fabricados este año a 104.000 en el próximo ejercicio. Lasheras también anunció un plan estratégico de la compañía por el que se prevé una inversión media de diez millones de euros por año en los tres próximos años.

Por otra parte, explicó que la compañía prevé aumentar en 80 trabajadores la plantilla media de la planta para el próximo año, que actualmente se sitúa en 500 empleados con una temporalidad cercana al 25%.

En este sentido, Lasheras explicó que la compañía afronta "picos" de producción y variaciones de hasta 6.000 unidades en función de los meses, por lo que la fábrica tiene una "temporalidad estructural", con plantilla eventual y una cartera de fijos discontinuos.

Otro de los objetivos de la filial que preside Lasheras es reducir en un 30% los costes totales "para hacer frente a la competencia china". Yamaha prevé facturar este año un 24% más que en 2004, cuando alcanzaron los 318 millones de euros.

Lasheras también afirmó que el mercado de motocicletas de 125 centímetros cúbicos "ha explotado" en España desde octubre de 2004, gracias a la nueva legislación y al abaratamiento de los seguros.

Así, entre enero y septiembre de 2005 se matricularon 6,5 veces más unidades de este tipo de motocicletas que en el mismo periodo de 2004, mientras que la matriculación 'scooters' se multiplicó por cuatro. Esto ha consolidado al mercado español como "el segundo o el tercero de Europa", destacó Lasheras.