El Renault Egeus mide 4,70 metros de largo (4 cm más que un X5), 1,92 metros
de ancho y sólo 1,66 metros de alto. Es decir, más bajo que ningún
otro SUV de su categoría. Su distancia entre ejes es de 2.900 mm lo que
le permite un gran espacio para el habitáculo, que curiosamente es de cuatro
plazas con asientos individuales que giran para facilitar el acceso. La verdad
es que el interior –como corresponde a un buen prototipo- presenta curiosas
soluciones de vanguardia y original disposición de sus elementos: instrumentación
mediante leds, un GPS que informa de la velocidad adecuada en campo, etc.
Su mecánica turbodiesel tenía que estar acorde, y así
lo anuncia, superando en rendimiento a los Audi, BMW o Mercedes. Se trata de
un 3.0 V6 dCi que desarrolla nada menos que 250 cv de potencia y 550 Nm de par.
Dicho motor se asocia a una caja de cambio automática con siete velocidades.
Datos de prestaciones y consumos todavía no se han homologado, para ello
habrá que esperar a que Renault diera luz verde al proyecto.
El cuadro de instrumentos está compuesto por cuatro diales: el velocímetro,
el cuentavueltas, un dial para ver la marcha engranada y una pantalla ocultable
en el salpicadero que muestra información relativa a la conducción.
Esta última pantalla se maneja desde un mando que está al lado
de la palanca de cambios.
Dejando de lado la agresividad característica en los SUV, Renault apuesta
por un estilo sencillo y puro. En la parte delantera se han integrado las entradas
de aire bajo los faros para evitar una calandra demasiado arrogante. El techo
acristalado en forma de burbuja pone de manifiesto la fluidez de las líneas.
La potencia y dinamismo vienen dados por el largo capó, los cortos voladizos
delantero y trasero y las aletas traseras curvadas. Las grandes ruedas con llantas
de 22 pulgadas asociadas a una distancia al suelo superior a la de una berlina
le confieren gran fuerza y dinamismo.