Una de las mejores carreras de los últimos tiempos se vivió en Suzuka. En la misma hubo una multitud de alternativas, con muchos adelantamientos y emociones.

En la parte trasea de carrera, Alonso consiguió recupera posiciones hasta colocarse décimo; y la mala suerte se cebó con el equipo McLaren, que vio como Montoya, tras recibir un pequeño empujón de Jacques Villeneuve, se salía de pista y acababa colisionando contra la barrera de protección del circuito. Con su monoplaza sin las ruedas del lateral izquierdo, Motonya salíó de su MP4-20 y el coche de seguridad comenzó a rodar en pista hasta la octava vuelta.

El piloto asturiano tuvo que vérselas dos veces en la pista con el alemán. La primera vez, antes de su primera detención y luego, cuando ya había visitado los boxes. Le tuvo que adelantar dos veces en pista, aunque la primera de ellas, quedará grabada como uno de los mejores momentos de la temporada, al adelantarle en la temible “130R”, una de las curvas más veloces del calendario de la F1. Incluso, lo hizo por fuera. El Renault era muy rápido, pero cada vez era mas complicado avanzar entre el tráfico. Por eso, Alonso perdió mucho tiempo, y debió dejar de lado sus aspiraciones de victoria.

También lo perdió cuando la FIA se comunicó con el equipo para decirle que debía dejar pasar a Klien, a quien superó en una fallida maniobra en la chicane. Le dejó pasar, pero mas tarde, la FIA dijo que no era necesario. Una pena, porque por ello, Alonso perdió todas sus posibilidades de luchar por la victoria, la cual fue a parar a las manos de Raikkonen, quien superó a Fisichella en el último suspiro de carrera.

Fisichella: “He tenido problemas de adherencia en las curvas lentas, pero creo que en los virajes rápidos eran competitivos. El McLaren ha sido simplemente más rápido, y no creo que pudiera hacer nada más. En el inicio de la carrera estaba marcando un ritmo y el equipo me ha pedido que atacara más. Lo he hecho y así he seguido hasta el final, pero la adherencia empezó a fallar mediada la carrera.

La Fórmula Uno pone rumbo ahora a China, donde el próximo fin de semana se disputará la última prueba válida de la temporada 2005, y en donde se decidirá el campeón de constructores.