Documento sin título
Sebastian Vettel ganó el gran premio de Malasia, aunque su aspecto en el
podio era de luto radical. Se impuso a su compañero Mark Webber, que era
el íder de la carrera y que le hubiera abofeteado a tenor de la expresión
de su rostro si no hubiese cámaras delante. "El equipo tomó
una decisión y Sebastian tomó otra". Vettel desobedeció
a Red Bull, según Webber. Atmósfera cargada en el equipo campeón,
que no pudo disfrutar del doblete, sino todo lo contrario. Alonso abandonó
la carrera en la segunda vuelta con el alerón roto.
El gran premio había comenzado de forma prometedora para el piloto de
Ferrari bajo la lluvia de Sepang (Malasia). Había ganado la posición
a Felipe Massa en la salida, se encontraba pegado al Red Bull de Sebastian Vettel
en la segunda curva y se disponía a intentar un adelantamiento cuando
contactó con la parte trasera del alemán. El alerón delantero
quedó colgando, provocando chispas al contactar con el asfalto y haciendo
temer que se rompiera del todo. Incomprensiblemente, Ferrari decidió
no repararlo inmediatamente y dejó pasar la oportunidad de entrar en
boxes. Poco después el morro del F138 saltaba por los aires. Alonso se
marchaba sin puntuar de un circuito donde ganó en 2005, 2007 y 2012.
"Mala suerte hoy, como siempre a lo largo de 19 carreras se compensará,
así que listos para recuperar puntos en la próxima", escribía
Alonso minutos después desde su cuenta de Twitter.
Mark Webber no ocultó su enfado con Vettel tras su adelantamiento en
las últimas vueltas de la carrera y acusó al alemán de
saltarse las órdenes de equipo: "Podía haber ganado la carrera
porque el equipo tomó una decisión. Pero al final, Vettel ha tomado
sus propias decisiones y así ha acabado". "Después de
la última parada en boxes, el equipo me dijo que la carrera había
terminado y que arriesgáramos lo menos posible de cara al final, pero
Vettel tomó su decisión y, como es habitual, lo protegerán",
afirmó sin tapujos el australiano.
Un podio bajo cero sin abrazos ni celebraciones, con Adrian Newey y Lewis Hamilton
como testigos. Ni una sola mirada. Ni un solo gesto de complicidad. "Yo
también podría haber ganado la carrera pero el equipo me dijo
que cuidara el motor. Vettel ha tomado sus propias decisiones y así ha
acabado", manifestó el australiano ante la cara de bochorno de su
compañero, mientras el ex piloto Martin Brundle seguía removiendo
el asunto con sus dardos. "Lo siento por Fernando", cerró Mark
en medio de una extrema tensión que a Fernando Alonso le hizo mucha gracia.
"Para una vez que no subo al podio, ¡la que me estoy perdiendo! No
les vuelvo a dejar solos...", bromeó desde su cuenta de Twitter.
"No me importa la crítica, pero debo una explicación a Mark
y a todo el equipo. Es un triunfo del que no estoy muy orgulloso. Hoy debería
ser Mark el que estuviera en lo alto del podio", apuntó el alemán
cambiando la dirección que había defendido hasta ese momento.
"Fue una situación incómoda para nosotros. Les dimos instrucciones
claras de aguantar, pero Sebastian (Vettel) tomó la decisión de
irse a por la victoria; él quería ganar", añadió
el propio Horner, jefe del equipo, que sabe que la herida vuelve a estar abierta,
si es que alguna vez llegó a cerrarse.