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ADIOS AL DAKAR 2013
Documento sin título El favorito ha defendido su trono. Con su quinta victoria en el Dakar, en su 12ª participación, Cyril Despres sigue haciendo historia en la disciplina, al igualar el palmarés en la categoría de Cyril Neveu. El piloto francés puede, por tanto, aspirar a emular a Stephane Peterhansel, poseedor del récord de victorias en moto. Sin embargo, los laureles de la edición 2013 vienen acompañados de lecciones sobre la complejidad de los futuros retos que esperan a Despres. En primer lugar, su victoria ha requerido optimizar los ingredientes tradicionales: el rendimiento físico y técnico, clarividencia en la navegación y buen “feeling” en carrera. Sin embargo, también ha sido posible gracias a una confluencia de circunstancias y, no necesariamente golpes de suerte, imposibles de controlar con la mera voluntad. Prácticamente durante la primera semana, el vigente campeón ha avanzado desde atrás, dejando el protagonismo principalmente a las Yamaha. Parecía incluso que sus opciones podían peligrar hacia la mitad de la etapa maratón, que se disputaba en dos días con una pausa en el vivac aislado de Cachi, al que llegaba en el 5º puesto de la general, con un motor que se caía a cachos y la certidumbre de que perdería 15 minutos de penalización por realizar un intercambio estándar con el polaco Marek Dabrowski.

Con tranquilidad y sangre fría, Cyril Despres supo a continuación encarar los retos y, sobre todo, evitar un error de navegación en el que cayeron sus rivales principales. En la etapa de Córdoba, la más larga del rally, asestaba un duro golpe a la competencia, aprovechando el abandono de David Casteu y los problemillas de Olivier Pain. Desde entonces, vía libre hasta Santiago de Chile, con la misión adicional de llevar a su mochilero y cómplice Rubén Faria al segundo cajón del podio. Otro objetivo logrado pese a la dura pugna. El piloto portugués del equipo KTM se beneficiaba, a su vez, de los problemas de Chaleco López, obligado a cambiar el motor y a abandonar su segundo puesto tras la aplicación de la penalización subsiguiente la víspera de la llegada a la meta final.

Yamaha ha hecho gala de un nivel de rendimiento capaz de rivalizar con KTM, siempre y cuando se consigan eliminar los errores individuales cometidos por dos pilotos temporalmente en lo más alto antes de caer en la clasificación. Chaleco claramente ha sido el piloto que más ha amenazado los intereses de Despres y Faria. Aunque el predilecto del Presidente Piñera no se colocó en ningún momento a la cabeza del rally, consigue cinco victorias de especial, entre ellas la primera y la última, y además finaliza tercero a solo 18’48’’ del ganador. Se trata del podio más reñido del Dakar desde 2005, año de la primera victoria de Despres, delante de Marc Coma y Alfie Cox, y eso que se aplicó una penalización el último día.

Para subir al segundo podio de su carrera en el Dakar, Chaleco ha tenido que ser capaz de controlar su ímpetu. Es lo que deberán aprender también algunos de los claros futuros rivales de Despres, empezando por el español Joan Barreda, que suma cuatro victorias de etapa, pero finaliza tan solo en la 17ª posición en la general. El estadounidense Kurt Caselli, compañero de equipo del vencedor en KTM, parece haber tenido buen maestro, puesto que consigue dos victorias en su primera participación. Sin embargo, el trofeo del mejor novato es para el sudafricano Riaan van Niekerk, 13º en la clasificación general. De los pilotos inscritos sin asistencia, Hugo Payen lograr el mejor tiempo de la categoría en 49ª posición, sin estropear demasiado la particular “maja desnuda” de su moto 69 en su paseo hasta Santiago. Laia Sanz es la única fémina que llega a la meta en esta categoría, en 93ª posición. Cabe mencionar también a Luis Belaustegui que cierra el pelotón de motos, logrando al fin completar el Dakar – ¡a la tercera va la vencida! - con una KTM 150 cc, después pasar 60 horas más que Despres en pista. ¡Para quitarse el sombrero!

Quads: ¿se acercan a Patronelli?

En la presente edición, se ha asistido al plantel más numeroso y competitivo en la breve historia de la categoría. Con 12 nacionalidades representadas, la victoria de Marcos Patronelli reviste aún más mérito. Sucediendo a su hermano mayor, Alejandro, ausente este año y dos veces campeón (en 2012 y 2011), el argentino suma un trofeo más tras su victoria en 2010. Aunque el dominio de los Patronelli es incuestionable (el benjamín se adjudica 4 etapas y termina con una ventaja de 1h35’ sobre el segundo, Ignacio Casale, y de 3h18 sobre el tercero, Rafal Sonik), en esta 35ª edición hemos asistido a la emergencia de nuevas figuras que ya en su primera incursión en la prueba han demostrado su competitividad. Por ejemplo, el sudafricano Van Biljon, Sebastián Husseini o el australiano Paul Smith, ganadores de etapas, así como el peruano Ignacio Flores y los chilenos Casale y Palma. Son indicios claros de la llegada de nuevos competidores creíbles y sin complejos frente a los hermanos argentinos. Puede que estemos ante un momento de inflexión en la categoría.

Coches: la rebelión de los buggys y el control de Peterhansel

Si tan solo se echa un vistazo rápido a la 35ª edición, se podría pensar que este Dakar ha sido un caminito de rosas para Stephane Peterhansel, líder imbatible en la general, desde el segundo día, que rubrica su 11ª victoria en el Dakar todas las categorías incluidas, un récord absoluto. Sin embargo, esta 5ª victoria en coches, con una ventaja de 42’22 sobre Giniel de Villiers y de 1h28’ sobre su compañero de equipo Leonid Novitskiy, se debe más a los fallos de sus rivales que a la supremacía del piloto de Mini en pista. Peterhansel, que se ha adjudicado dos especiales, se veía amenazado durante la primera semana por el buggy de Nasser Al-Attiyah y el lujo de poder limitarse a “gestionar” la segunda semana se debe al abandono del piloto qatarí en la 9ª etapa, al contar ya con cómodo margen frente al piloto sudafricano, víctima de un error de navegación en la 3ª etapa, que le ha salido muy caro.

Con ayuda del reglamento, las dos ruedas motrices son las que han aportado emoción al Dakar 2013, sumando al final siete victorias de especial (3 para Al-Attiyah, 2 para Robby Gordon, 1 para Carlos Sainz y 1 para Guerlain Chicherit). Y, aunque al final, los 4x4 acaparan los 6 primeros puestos del Top 10, entre ellos tres Mini, así como el Great Wall chino con el siempre fiable portugués Carlos Sousa al volante, 6º, lo que les ha permitido quedar en tan buenas posiciones ha sido ante todo la falta de fiabilidad de los buggys, claramente más rápidos en pista. Además, hay que remontarse a la edición del año 2000 para volver a encontrar a tres buggys en el Top 10 al final. El 7º puesto de Ronan Chabot en Santiago es la mejor clasificación en el scratch general de un dos ruedas motrices desde el tercer puesto de Robby Gordon en 2009. Un resultado que permite al francés conservar su título en la categoría, con una ventaja de 9’39’’ sobre su compañero de equipo Guerlain Chicherit.

El trofeo de la primera participación es para el ruso Vladimir Vasilyev, finalmente 16º en la general con su prototipo G-Force, 11 puestos delante del Toyota Land Cruiser del español Xavier Foj, ganador de su segundo título en Producción, con una ventaja de 13’09’’ sobre el francés Nicolas Gibon. Por último, el holandés Tim Coronel se proclama vencedor una vez más en la carrera “en solitario”, con una 55ª posición en la general, mientras que la colombiana Martha Mariño es la única mujer que termina la prueba, en 86ª posición.

Camiones: el retorno de Kamaz

En la edición de 2013 asistimos al regreso al primer plano de los Kamaz, que ganan un 11º título y, además, se hacen con el podio completo en Santiago de Chile, con los rusos Eduard Nikolaev, Ayrat Mardeev et Andrey Karginov, por ese orden. Un bonito regalo para celebrar el primer año de Vladimir Chagin como Team Manager. La diferencia frente a la era del dominio del Zar es que la tabla de resultados no ha estado casi exclusivamente teñida de azul. De hecho, el ganador Nikolaev es el primer piloto en la historia de la categoría de camiones en triunfar sin haber ganado la más mínima etapa y, en total, los mastodontes rusos solo tan solo suman cuatro, frente a las seis victorias del vigente campeón, Gerard de Rooy. El piloto holandés, indudablemente el más rápido en pista, perdió todo cuando se le averió el turbo en la 9ª etapa. Perdería una hora que no conseguiría recuperar jamás y se queda al final 4º a 4’19’’ del podio y justo delante de los dos Tatra, algo envejecidos, de Martin Kolomy y de Ales Loprais, su único rival al inicio de la carrera y efímero líder de la general al término de la 4ª etapa, antes de que un problema de batería al día siguiente arruinara todas sus posibilidades de finalizar en lo más alto.

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