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La subasta de asientos que está viviendo parte de la parrilla de la F-1
tuvo ayer un nuevo mejor postor. El belga Jerome D'Ambrosio fue confirmado por
Marussia Virgin Racing como compañero de Timo Glock para disputar el Mundial
de 2011. Sin duda, un enorme regalo de Navidad para un piloto que cumple 25 años
el 27 de diciembre. D'Ambrosio se convierte en el tercer debutante que ya tiene
asegurado un monoplaza para la próxima temporada, tras los anuncios del
venezolano Pastor Maldonado y del mexicano Sergio Pérez.
Si Maldonado, ganador de la GP2, y Pérez, subcampeón, eran integrantes
del club de pilotos de pago al venir de la mano del patrocinio del Gobierno
de Venezuela y de Telmex y del multimillonario Carlos Slim, respectivamente,
qué decir de D'Ambrosio. Mirando el palmarés del belga es difícil
explicar cómo es posible que el próximo año vaya a disputar
la F-1. Y más pensando en la ingente cantidad de pilotos con un talento
y unos resultados superiores... Pero la actual situación de algunos equipos
ha devuelto la figura del piloto pagador a la máxima competición.
La precariedad económica hace que algunas escuderías necesiten
la aportación de los pilotos, ya sea directamente o a través de
patrocinadores, para poder cubrir los presupuestos. En muchos casos, la inyección
económica está primando sobre el talento al volante del monoplaza.
Aptitudes y dinero mandan sobre los resultados obtenidos.
Así, mientras pilotos como Soucek o De la Rosa combinan palmarés
con aportaciones menores, otros se sientan a negociar con el dólar como
tarjeta de visita. Ya sólo quedan cinco asientos libres: dos en Hispania,
otros dos en Force India y uno más en el nuevo Lotus Renault, que salvo
sorpresa mayúscula será, en breve, para los rublos de Petrov y,
en su defecto, para los de su compatriota Aleshin. El mercado persa sigue abierto
para las otras vacantes. Eso sí, Chandhok y Valsecchi parecen tener de
ventaja.
Noticia extraída
de: As.com