A finales mayo abrió sus puertas al público el Salón
Internacional del Automóvil Ecológico y de la Movilidad Sostenible,
nueva denominación para un salón que este año tuvo un claro
enfoque ecológico. Duró tres jornadas, y ocupó dos pabellones
de IFEMA.
En Madrid se pudieron ver las últimas novedades de unas treinta marcas
de automóviles, cuyos modelos se caracterizaron mayoritariamente por
tener una mayor eficiencia energética e incorporar tecnologías
que respetan más el medio ambiente. Desde versiones de conocidos modelos
diseñados para reducir en lo posible las emisiones de CO2, hasta híbridos,
eléctricos y automóviles con combustible alternativo como el gas
natural, el gas licuado o el hidrógeno.
El coche eléctrico adquiere cada día más protagonismo,
como demuestra Volkswagen con la presentación en primicia mundial del
Golf Blue-e-motion, un Golf eléctrico que tiene una autonomía
de 150 kilómetros.
En esta línea también se mueven el Nissan Leaf, Audi A1 e-tron,
Citroen C-Zero, Mini E, Peugeot i-On, Seat IBE Concept, Tata Nano EV, Toyota
Prius Plug-in o los tres eléctricos de Renault: Twizy, Zoe y Fluence
Z.E. Todos ellos se presentaron como prototipos, aunque algunos ya han empezado
a rodar en la calle en fase de pruebas.
Los híbridos también estuvieron muy presentes en este salón,
representados por los nuevos Porsche Cayenne y Volkswagen Touareg, el Honda
CR-Z o el Toyota Auris HSD, entre otros, de inminente comercialización
en España.
Por lo que hace referencia a los coches con propulsión tradicional,
ya sean gasolina o diesel, la tendencia es clara, y apunta a la introducción
de tecnología y nuevos motores de menor cilindrada que permite la reducción
del consumo y las emisiones contaminantes. Las versiones “eco” con
dispositivos de parada y arranque, regeneración de energía en
fases de frenado o aerodinámica estudiada para reducir la resistencia
al aire, están a la orden del día.
Resumiendo, este novedoso salón del automóvil fue un buen lugar
en el que informarse sobre las muchas alternativas que tenemos hoy en día
a nuestro coche de elevado consumo y como podemos ser mas respetuosos con el
medio ambiente.
Del mismo modo que Madrid incentivó un vehículo más ecológico
como opinión general entre los conductores españoles se concluye
que les gusta el vehículo eléctrico, pero que lo rechaza su alto
precio.
La buena valoración inicial ante las tecnologías más ecológicas
se matiza por la falta de información adecuada y por la preocupación
ante sus posibles inconvenientes. Algunas informes apuntan como limitaciones
más visibles para el desarrollo de este tipo de vehículos la autonomía,
la recarga y la necesidad de mano de obra especializada en el taller.
Nueve de cada 10 consultados admiten que podrían comprarse un coche eléctrico,
una vez superados estos inconvenientes. Lo cual dicen no ver viable hasta dentro
de cinco o diez años.