Documento sin título
De entre todos los vehículos de la saga de películas de James Bond,
hay uno que reluce sobre los demás: el Aston Martin DB5 que condujo Sean
Connery en Operación Trueno y en la legendaria Goldfinger. Un auténtico
icono automovilístico y cinematográfico, cuya única réplica
existente saldrá por primera vez a subasta pública a finales de
octubre, para regocijo de aquellos cinéfilos que puedan permitirse optar
a un juguete tan caro.
Jerry Lee, su actual propietario y locutor de radio en Filadelfia, ha mantenido
oculta esta reliquia en su colección privada sin apenas utilizarla, desde
que se la compró a sus fabricantes por 12.000 dólares en 1969.
Ahora, ha decidido sacarla a subasta a través de RM Auctions, tras conocer
que su precio estimado se sitúa en unos 5 millones de dólares.
Repleto de gadgets
Prácticamente todos los extras que se vieron en las películas,
como las ametralladoras gemelas ocultas tras la matrícula, el escudo
antibalas, la pantalla de humo o las cuchillas de los tapacubos, fueron realmente
instalados en el automóvil y todavía pueden emplearse, aunque,
como es de esperar, las armas no disparan.
El único de todos aquellos gadgets que no funciona es el asiento eyectable.
Y es que este último accesorio fue un efecto especial creado por el oscarizado
John Stears, aunque el vehículo cuenta con un techo desmontable sobre
el asiento del pasajero.
El vehículo monta un motor de 4 litros y 282 caballos, que, sin los
numerosos inventos que fueron instalados posteriormente, permitía a la
máquina alcanzar una velocidad máxima de 233 kilómetros
por hora. En cuanto a la aceleración, llegaba a los 97 kilómetros
por hora en 7.1 segundos.
Dos versiones de un mismo vehículo
El coche que se vende es una de las dos copias que se hicieron para el rodaje
de Goldfinger. Concretamente, se trata del modelo 7BFMP, que se usó para
las tomas de carreteras y que inicialmente no incluía ningún extra,
aunque es la versión que más tiempo aparece en pantalla. El otro
vehículo, el que sí poseía todos los inventos creados por
Q, era demasiado pesado para las persecuciones, de ahí que se emplearan
dos máquinas.
Pero un año más tarde, el automóvil repleto de gadgets
fue dado de baja, y todos sus accesorios se instalaron en el FMP7B, para la
filmación de Operación Trueno. En 1997 se denunció el robo
del otro DB5, y se cree que ha sido destruido.
Aston Martin accedió a vender el vehículo a Jerry Lee, si éste
permitía a la compañía utilizarlo de vez en cuando con
fines promocionales. Lee condujo el vehículo alguna vez en la década
de los 70, pero apenas lo ha sacado de su garaje en todo este tiempo, y, por
ello, su contador sólo marca 30.000 millas, unos 50.000 kilómetros.
Por lo tanto, el coche permanece casi intacto y ha sido repintado e alguna ocasión.
Recientemente, RM Auctions sometió al vehículo a una completa
restauración, para que pueda volver a ser utilizado tras tanto tiempo
inmóvil, agregándole un nuevo embrague y reconstruyendo totalmente
el sistema de frenos, entre otras cuestiones
Los beneficios de la subasta irán destinados a la fundación benéfica
que posee Jerry Lee y que tiene su mismo nombre, la cual está enfocada
a resolver problemas sociales vinculados a la pobreza, y, en especial, a la
prevención de crímenes.
La fundación apoya programas en la Universidad de Pensilvania y en la
de Cambridge, y ha establecido el Premio de Estocolmo en Criminología,
que recientemente le sirvió a Lee para recibir el titulo de sir en Suecia.
La subasta tendrá lugar el 27 de octubre en Battersea, al suroeste de
Londres, en el evento Automobiles of London organizado por RM Auctions.
Noticia extraída
de: ElMundo.es