Documento sin título
El Salón de Detroit, hasta el 24 de enero, refleja el cambio de
estrategia de las marcas americanas, que empiezan a imitar a Europa y proponen
coches más pequeños y eficientes.
La industria del automóvil estadounidense mira a Europa. Tras la abrupta
caída de ventas del mercado doméstico, la bancarrota de General
Motors (GM) y Chrysler, y el rescate posterior del Gobierno de Obama, que ha
costado millones de dólares, parece que el sector ha decidido cambiar
el paso para superar su decadencia. La idea consiste en adoptar los planteamientos
europeos y proponer coches más racionales, con menor tamaño, motores
más eficientes y consumos más razonables. Y la tendencia se aprecia
ya en el Salón de Detroit, abierto desde hoy hasta el 24 de enero.
Ford, la única marca americana que no ha necesitado ayudas del Gobierno,
es la protagonista del certamen y apuesta por la innovación tecnológica
y la reducción de costes para garantizar su salud financiera en el futuro.
Así lo refleja el nuevo Focus, la tercera generación de su superventas
y el estreno más interesante de la muestra. Este familiar compacto tendrá
versión eléctrica en 2011 y Ford lanzará también
un modelo híbrido enchufable en 2012.
En el Salón de Detroit se pueden apreciar varios ejemplos de la nueva
estrategia, con modelos de tamaño pequeño y mediano impensables
en este certamen hace sólo dos años. En la actualidad, uno de
cada cuatro coches vendidos en el mundo es de tamaño compacto. Aparte
del Focus, Ford muestra en Detroit el Fiesta, que se lanzará en EE UU
este verano y tiene ya 4.000 pedidos; Chevrolet presenta la berlina compacta
Cruze y el utilitario urbano Spark; Kia, el Soul; Hyundai, el Tucson; y Buick
el Regal, la versión americana del Opel Insignia. Aparte de sus dimensiones
contenidas, todos incluyen motores de cuatro cilindros con menor consumo que
los V6 y V8 habituales en EE UU. En 2014, el 38% de los propulsores del grupo
Chrysler serán de cuatro cilindros, frente al 19% actual, y los V6 bajarán
del 54% al 37%. En el resto de las marcas la evolución será parecida.
Los nuevos motores mejorarán la eficiencia de los coches estadounidenses
y, junto a las versiones híbridas y eléctricas que se están
desarrollando y llegarán en dos o tres años, permitirán
a las firmas de allí cumplir el acuerdo firmado con el Gobierno para
reducir a 6,5 litros el consumo medio de sus gamas en 2016. Sin embargo, hay
excepciones, como Cadillac, que presenta la versión deportiva de su cupé
CTS, con un descomunal 6.2 V8 de 564 CV, y también Ford, que dota al
legendario Mustang con un contundente V8 de cinco litros y 412 CV.
Las ventas del mercado estadounidense cayeron un 21% en 2009 y, por primera
vez, se vió superado por el chino, que se ha convertido en el mayor del
mundo: 13,6 millones de coches vendidos en 2009, frente a 10,4 millones de EE
UU, la cifra más baja en 25 años. Las previsiones para 2010 auguran
un repunte del 10% en la demanda, lo que permitirá aumentar la producción
y volver a generar empleo, como pedía a las puertas del salón
un grupo de manifestantes locales: "Queremos trabajo, no reformas sanitarias".
Noticia extraída
de: ElPaís.com