El Peugeot 1007 es un monovolumen de 3,7 m de largo (mayor que un 107 y menor que un 206), con dos puertas laterales correderas y portón trasero. Estará disponible en España desde primeros de junio, aunque desde mediados de mayo ya hay unidades en los concesionarios.

Por dentro destacan detalles como la posición de conducción elevada, lo que favorece la mejor visibilidad y un habitáculo luminoso y muy acogedor, gracias a la amplia superficie acristalada. El tablero de instrumentos presenta un aspecto dinámico, con una visera de mandos similar a la del 407. También dispone de numerosos huecos portaobjetos (guantera de gran capacidad, cajones bajo los asientos, bolsas en las puertas....).

La gama de motores está compuesta inicialmente por dos de gasolina (73 ó 109 CV) y un Diesel (68 CV), todos ellos con un cambio manual de cinco velocidades. Los de de gasolina, opcionalmente, pueden tener un cambio automático con mandos secuenciales que permiten cambiar manualmente.

El Peugeot 1007 es un vehículo de vocación urbana al que se le ha implantado un potente motor y se le ha adornado con unos agresivos elementos “racing” . Vacilar, la verdad es que vacila, aunque su concepto se aleje un poco de la coherencia. En cualquier caso resulta entretenido observar estas creaciones, aunque sólo sea por pura curiosidad.

Los asientos traseros son dos, independientes y con un ajuste longitudinal que tiene 230 mm de recorrido. El espacio para las piernas no es grande ni siquiera en la posición más retrasada del asiento trasero, comparado con coches como un Renault Modus o un Mitsubishi Colt. La altura es suficiente para conductores muy altos, y la anchura es muy escasa; no es posible que se acomoden tres adultos. Cada asiento trasero se puede abatir parcialmente (solo el respaldo) o totalmente (también la banqueta).

La gama española estará disponible entre 14.000 y 17.000 euros.