A principios del siglo pasado Michio Suzuki, un emprendedor empresario al sur de Japón, tal vez no imaginaba que su recién fundada compañía de telares terminaría muy involucrada produciendo varios productos relacionados con el transporte, pues además de los autos y motos, cabe recordar que no es algo inusual ver un motor fuera de borda firmado por Suzuki.

La fabricación de automóviles empezó en 1931, aunque no fue hasta 1951 cuando los dirigentes de la compañía se lanzaron de lleno a producir automóviles en vistas del estancamiento que se había producido en el mercado del algodón.

El primer coche (antes habían fabricado bicicletas motorizadas) fue el Suzulight y vio la luz en 1955. Se movía gracias a un propulsor de dos tiempos de 360 c.c. Era una maravilla de la época, pues incorporaba la más avanzada tecnología del momento.

Las primeras exportaciones a Europa no llegaron hasta 1969 con el Suzuki Fronte.

Ya para 1990 se habían cumplido las 10 millones de unidades producidas, y el ritmo anual de fabricación a nivel global superaba el millón. Suzuki tuvo mucha presencia en la década de los noventa en Colombia, pues tenían saturado el mercado cuando se vendían con el escudo de Chevrolet, y de ahí salieron varios reputados productos de los que muchos guardan gratos recuerdos, tales como el Swift, los nobles Sprint o Alto, los resistentes Vitara o el confiable Esteem.