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Se acabó la guerra, no habrá Mundial paralelo de Fórmula
1 en 2010, todo queda como está. La FIA perdió la batalla, o al
menos su presidente Max Mosley, y los equipos, la FOTA, salen ganadores del violento
conflicto que ha estado a punto de arruinar un espectáculo deportivo y
económico de primer orden.
Todo ocurrió, punto por punto, como MARCA anunció en exclusiva
con un día de antelación: todos querían la cabeza de Mosley,
el inglés sabía que era el eslabón más débil
puesto que ya no tenía apoyos, y mientras vendía públicamente
demandas millonarias contra la FOTA o la intención de seguir en el cargo
en octubre, la realidad es que en la tarde del martes enviaba una misiva a los
24 miembros del Consejo Mundial negociando una salida digna.
Y esa salida digna era aparecer como el salvador, el hombre que ha logrado
el acuerdo final, y por tanto ya no hace falta que se presente a la reelección
en octubre. La realidad es la contraria, si no llega a bajar un peldaño,
se lo hubieran bajado en el Consejo, hartos de sus desmanes, ya que pensaban
reprobarle durante el día para quitarle de en medio. Además la
FOTA habría seguido adelante.
Pero no hizo falta, antes del Consejo Mundial, durante la madrugada, al parecer
Mosley mantuvo constantes reuniones con Bernie Ecclestone, dueño de los
derechos comerciales, y con Luca Di Montezemolo, presidente de Ferrari. Mosley
aceptó todo. "Lo que pedía la FOTA lo han aceptado, el Mundial
se disputará dentro de un espíritu de competición deportiva
y tecnológica que tendrá reglas claras y una gestión transparente",
reflejaba Ferrari, el gran líder y ganador de la guerra, en un comunicado.
Con Ecclestone hasta 2012
El acuerdo queda como sigue: los equipos seguirán bajo el paraguas reglamentario
de la FIA durante tiempo indefinido, y mantienen los acuerdos comerciales realizados
con Bernie Ecclestone, dueño de los derechos de la F1, hasta 2012, antes
del cual han acordado renegociar y extender ese contrato.
Por ahora se adhieren a una versión renovada y mejorada del Acuerdo
de la Concordia de 1998, que es el que divide las ganancias, con lo que se entiende
que han obtenido un mejor reparto de los beneficios, se comprometen a no iniciar
ningún campeonato paralelo y a reducir los costes, en dos años,
a los niveles de principios de los años 90 sin dejar de ayudar a los
nuevos equipos para 2010 con asistencia técnica cualificada, es decir
a los tres debutantes: Campos Meta, Manor y USGP.
A cambio el reglamento del año que viene será el mismo de éste,
es decir, el que había pactado hasta que el 29 de abril Mosley metió
el polémico límite de 45 millones y el doble reglamento deportivo.
La derrota ha sido de tal calibre que Max ni siquiera seguirá en los
asuntos de F1 hasta octubre y en su lugar se hará cargo el Senado de
la Federación, mientras que la Comisión se encargará del
reglamento.
"No habrá separación sino un único Mundial en 2010.
Hemos encontrado un acuerdo sobre la reducción de costes", indicó
Mosley en la rueda de prensa posterior para escenificar el acuerdo. "Estamos
felices, ha prevalecido el sentido común”, interpretó Ecclestone,
que tendrá que aflojar algo más de pasta a los equipos a partir
de ahora. “Hay que relanzar la F1, no sólo protegerla", afirmaba
Montezemolo, el verdadero adalid de esta revolución ganadora de los equipos.
Noticia extraída
de: Marca.com