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Jenson Button se llevó la victoria en el Gran Premio de España y
afianza su liderato en el campeonato del mundo. Acumula cuatro en cinco carreras
y despega hacia el título en un coche imbatible. Su compañero terminó
segundo para completar el doblete triunfal de Brawn GP. Mark Webber y Sebastian
Vettel, tercero y cuarto, demostraron ser la única alternativa real a la
escudería de los coches blancos. Fernando Alonso consiguió finalizar
quinto tras adelantar en el último instante a Felipe Massa, arruinado sin
gasolina.
El español, en una espectacular final, recortó 17 segundos en
cuatro giros. Cazó al Ferrari en la última vuelta y terminó
levantando de los asientos a la afición española, encantada con
la remontada tras un domingo que comenzó a golpes en la parrilla.
Un leve detalle desencadenó una tormenta de choques y fibra de carbono.
Fernando Alonso protegió con ímpetu la sexta plaza en la primera
curva de Montmeló. Salía octavo, por lo que la conquista le sabía
a dulce. Apuró la pista defendiendo la posición ante el Williams
de Nico Rosberg, también lanzado en la escalada. El joven alemán
piso la tierra y al regresar por las bravas, provocó una brusca maniobra
de Jarno Trulli y un choque de los vagones traseros. Caos en los primeros metros.
Coche de seguridad a la pista.
Los nervios y la gran igualdad de la clase media provocaron un arranque estresante
que fue domado por el Mercedes plateado durante cuatro vueltas. Cuando finalizó
su labor, los Brawn GP se lanzaron a por su cuarta victoria del curso. En el
equipo revelación, era Rubens Barrichello quien mandaba entonces, tras
sobrepasar a Jenson Button bajo el semáforo. Después, 62 vueltas
para disfrutar de su insultante dominio en la actual Fórmula 1. Cada
uno con dos estrategias distintas (el brasileño a tres paradas y el inglés
a dos) se colocaron en las dos primeras posiciones del podio, el segundo doblete
dorado del genio Ross Brawn.
Ambos se disputaron la victoria mientras los demás sudaban por detrás,
ante la indiferencia de unas tribunas menos cargadas que años anteriores.
Los ferraristas se tuvieron que conformar con la sexta plaza de Felipe Massa,
porque Kimi Raikkonen se quedó fuera de combate en la vuelta 18 por un
problema mecánico. Otro ridículo de los coches rojos, el Mundial
se les escapa.
Fernando Alonso, animado ayer por la mayoría de los 80.000 espectadores
presentes en el Gran Premio de España, empujó hasta la quinta
posición al R29, que aunque mejorado no alcanza todavía a los
nuevos amos de la competición. Tras su 'rifirrafe' de la salida, avanzó
sin sobresaltos, cumplió con sus dos paradas y con tiempos siempre lejanos
a los de los favoritos, pudo al menos rescatar cuatro puntos a la espera de
un mayor rendimiento de su monoplaza.
Tras la segunda tanda de paradas, Jenson Button se puso líder de la
prueba. Después ritmo de campeón. El triunfo era suyo, el cuarto
en cinco carreras, una barbaridad de otra época. Una dictadura implacable.
Noticia extraída de: ElMundo.es