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PINGÜINOS 2009
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La cita es hasta el 12 de enero. En Valladolid capital, en uno de sus barrios
más al sur, Puente Duero, entre las carreteras locales 600 y 610, entre
el restaurante Wences, el bar Loli y la carnicería San José; no
lejos de la calle del Barrio Nuevo y el Camino del Tinto, próximo a lo
que siempre se ha dado en llamar La playa del Duero. En esos límites (ilimitados)
se sitúan las instalaciones y la zona de acampada de la concentración
invernal más multitudinaria y tumultuosa de Europa (La Elefantentreffen,
a celebrarse desde el 30 de enero al 1 de febrero en la Selva Negra de Baviera
es, por su parte. la más antigua, la de 2009 será la reunión
¡quincuagésimo cuarta! El Krystal Rally noruego, propuesto este año
del 11 al 15 de febrero, es aquel camino sobre el hielo al que bajan gloriosas
motos ex-soviéticas con sidecar).
La capital y los motoristas
Pingüinos 2009, organizado por el club Turismoto, tiene delegaciones en
Francia, Portugal, Ecuador, Shangai y Argentina y se encuentra hermanado con
asociaciones tan estruendosas como el motoclub Saltukeyotepillo, el Sidecar
Club Provence o el Gargulas de Brasil, sin olvidar la complicidad de pilotos
como Crivillé, Alzamora, Checa o Gibernau.
Concentración máxima, tremenda y tremebunda, Valladolid capital
deseaba hacerla suya, totalmente suya, desde hace mucho tiempo. En realidad,
el salto a la capital desde la plaza de Tordesillas, el bosque de Boecillo o
el Archivo de Simancas, ha sido costumbre y rutina durante años para
cientos de motoristas que no sólo acampaban en tiendas a la luz de las
fogatas sino que copaban los hoteles de Valladolid y los moteles de cien carreteras,
amén de comer en las muchas bodegas de Peñafiel y toda la Ribera
del Duero. El año pasado, Valladolid capital ya organizó una serie
de actividades para hacerse querer por los motoristas concentrados en Simancas:
una exposición de máquinas de película, exhibiciones casi
circenses sobre motos bellísimas... Mientras tanto, Simancas se quejaba
del comportamiento de algunos de los allí llegados y éstos, pedían
responsabilidades porque el número de coches, caravanas, quads y buggies
era excesivo para lo que la lógica impone en una concentración
motorista. Eso sin contar atascos y otras deficiencias, como la malísima
iluminación del campamento. El asunto se zanja rápido. El alcalde
de Simancas exige para 2009 a la organización 100.000 euros como alquiler
de los terrenos y supuesto alivio a las molestias ocasionadas a los vecinos.
Turismoto se niega en redondo y se hace de querer por la capital que le ofrece
un barrio entero, jura que no tendrá piedad con los coches que pretendan
entrar y se pone a disposición de los 30.000 motoristas que asistirán
a conciertos, desfilarán con sus motos y aplaudirán elegantemente
la entrega de la distinción pingüino de oro a Toni Bou, campeón
mundial de Trial, y a Iván Cervantes, tricampeón mundial de Enduro.
Todo ello en un terreno donde los vehículos de tres o cuatro ruedas tendrán
el paso totalmente vedado, como manda la ley de la moto.
Cuatrocientos várdulos
Entre los 30.000 motoristas que llegarán a Valladolid desde toda Europa
en busca de la medalla conmemorativa, del caldo pingüinero y, sobre todo,
del honor de haber rodado por carreteras nevadas, heladas y azotadas por el
viento en compañía de otros como ellos, habrá más
de cuatrocientos guipuzcoanos que saldrán en pequeños grupos de
todos los lugares donde hay asociaciones más o menos oficiales de motoristas.
Existen en Andoain, en Ibarra, en Soraluce, en Errenteria... Unos se llaman
Gravilla Racing Team y otros, Ezetz Atrapa. Unos son Real Moto Club y otros
Moteros Kontra Kitamiedos pero ninguno rodará solo. Porque del 8 al 12
de enero las carreteras hacia Valladolid estarán llenas de pingüinos.
¡Buena ruta!.
Noticia extraída
de: DiarioVasco.com
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