Oriol Servià ha cerrado con nota su primera temporada en la IndyCar Series en esta carrera no puntuable y que, por consiguiente, no ha variado la clasificación final del campeonato, en la que el gerundense es noveno absoluto y primero entre los pilotos llegados de la extinguida Camp Car. Al volante del Dallara-Honda, monoplaza con el que los procedentes de la IRL gozaban de unos cuantos años de experiencia, Servià ha terminado entre los diez primeros en ocho carreras, destacando el cuarto lugar logrado en el circuito de Detroit y el quinto en los de Long Beach, Richmond, Mid-Ohio, Edmonton y hoy en Surfers Paradise.

También tiene un gran valor la undécima posición en qué finalizó en su primera participación en las míticas 500 Millas de Indianápolis.

Oriol Servià: “Hemos terminado bien un fin de semana que no había iniciado de la mejor forma, por un toque en los primeros entrenamientos libres del viernes y la mala calificación al día siguiente, en qué sobre una pista muy delicada no quise arriesgar más de la cuenta. Lo más positivo de este resultado es que lo hemos logrado efectuando muchos adelantamientos en este circuito que tanto me gusta. He tenido un coche muy bueno, hemos probado una estrategia que nos podría haber ido bien si en la segunda mitad de carrera hubiese habido alguna neutralización y, en definitiva, estoy seguro de que con una mejor calificación hubiera podido luchar por la victoria. Me siento satisfecho y considero que hemos terminado con buena nota esta temporada”.

El australiano Ryan Briscoe ha sido el vencedor de esta carrera disputada en su país, son solo medio segundo de ventaja sobre el neocelandés Scott Dixon, actual campeón de la IndyCar.