La edición limitada pretende conmemorar además el 50 aniversario de sus motores V8 y los 90 años de historia de Bentley Motors. Combina el motor V8 6.75 biturbo de 500 cv del Arnage T con el refinamiento del Arnage R, añadiendo además algunos toques de diseño del Bentley Brooklands coupé.

Las cifras que baraja este coche son impresionantes, para lo bueno y para lo malo. Y decimos para lo malo, porque este automóvil emite nada menos que 465 g CO2 por km, con un consumo en ciudad cercano a los 30 l/100 km (aunque su consumo medio normal es de 14,1 l a los 100). No puede ser de otra forma, puesto que su motor catapulta los 2.600 kg que pesa hasta los 288 km/h y acelerar de 0 a 100 km/h en sólo 5,5 s. La caja de cambios es una ZF automática con convertidor de par de seis relaciones, que cuenta con posibilidad de ser manejada secuencialmente y es capaz de digerir los 102 mkg de par del V8 de aluminio.

Para que con semejantes prestaciones el bastidor ofrezca el mejor comportamiento posible se le ha dotado de una suspensión neumática regulable, que se adapta al estilo y tipo de conducción que se realice. Esta suspensión es capaz de mantener constante la altura libre al suelo, independientemente de la carga del habitáculo.

Exteriormente el Bentley Arnage Final Edition se distingue por las placas identificativas de las puertas delanteras y de las taloneras. El programa de personalización de Bentley (denominado Mulliner) ofrece 42 colores exteriores, 25 interiores y, en general, cualquier cosa que se nos pueda ocurrir.

Destaca dentro de los detalles exclusivos del Bentley Arnage Final Series, el sistema de audio de alta fidelidad de la marca Naim. Se trata de un equipo de 1.100 W con 10 altavoces y un subwofer diseñado en exclusiva para este modelo, para que sea casi imposible diferenciar, con los ojos cerrados, el habitáculo del Arnage de un auténtico auditorio.