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El Ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, se ha congratulado del
descenso de las muertes en carretera. Según datos del ministerio, durante
los meses de julio y agosto se han registrado 450 muertes en accidentes de tráfico,
lo que supone 89 menos que en estos dos mismos meses del año pasado 539.
El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, que presentó
ayer el balance de la Operación Verano 2008, admitió que «alguna
influencia ha tenido» en la accidentalidad el hecho de que este año
haya habido menos coches en la carretera por la crisis. Así, especificó
que ha habido cuatro millones de desplazamientos menos que en el verano del
año pasado, en que se contabilizaron 88 millones. No obstante, matizó
que este factor «no ha sido determinante» en la reducción
de la siniestralidad.
Para el ministro, el tráfico español ha realizado un asombroso
viaje en el tiempo. «Hemos retrocedido 44 años -apuntaba ufano-.
Hay que remontarse al verano de 1964 (445 fallecidos) para encontrar datos similares».
Con una salvedad, que también se apresuró a destacar Pérez
Rubalcaba. «Entonces había dos millones de vehículos y cuatro
millones de carnés de conducir y ahora tenemos 30 y 25 millones, respectivamente».
Se vanaglorió asimismo el ministro de que el binomio asesino, alcohol/velocidad,
empezara a ser derrotado y destacó que este verano los accidentes de
tráfico han disminuido «en todos los tramos horarios y, de hecho,
la noche es ahora el tramo con menos fallecidos».
Las salidas de la vía han sido el tipo de siniestro mayoritario durante
el verano (49 por ciento de los accidentes mortales) y en el que se registran
más víctimas mortales (48 por ciento de los fallecidos), una cifra
que ha sufrido una importante disminución.
Lo mismo ocurre con las colisiones de vehículos, en las que han fallecido
un total de 55 personas menos que en el verano de 2007 por esta causa. Y si
hablamos de los atropellos, también se han reducido casi a la mitad.
Eso sí que nadie se apunte el tanto positivo ni negativo, la reducción
de desplazamientos por la crisis, el precio del petróleo, la mejora de
las carreteras y de la seguridad de los coches y el aumento de la presión
policial y de la concienciación ciudadana son factores que influyen,
aunque es imposible determinar en qué medida lo hace cada uno.