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La fábrica que Maserati tiene en la localidad italiana de Módena,
cuna de las grandes marcas del automovilismo mundial, no sólo produce el
coupé GranTurismo en sus dos variantes, sino que también es la encargada
de montar los exclusivos Alfa Romeo 8C Competizione. La explicación es
clara; tanto el GranTurismo S como el 8C comparten la misma cadena de producción,
puesto que el motor y la caja de cambios son idénticas. Eso sí,
además de la personalidad que imprime cada marca al diseño del modelo,
el 8C es un coupé de dos plazas y el GranTurismo, con más batalla,
dispone de cuatro.
El motor es un V8 de 4,7 l de cilindrada con 439 cv de potencia, similar al
que utilizan el Alfa 8C Competizione y 8C Spider como acabo de decir, aunque
en estos entrega mayor potencia (450 CV). El GranTurismo, sin «S»,
tiene un motor V8 de 4,2 l de 405 cv. Además, la transmisión automática
de seis marchas con modo manual secuencial – sólo se puede cambiar
con las levas del volante– conserva los dos programas automáticos
conocidos –normal y sport–, pero recibe una función MC-Shift
que reduce a 100 milésimas el tiempo requerido para cambiar de marcha,
siempre que el acelerador vaya presionado un mínimo del 80% o el régimen
de giro del motor rebase las 5.500 vueltas, 2.000 por debajo del corte de inyección.
Con la inclusión de esta versión se espera que las ventas de
Maserati durante el 2008 alcancen las 8.500 unidades a nivel mundial, de las
que 3.500 corresponderían al Gran Turismo y las 5.000 restantes al Quattroporte.
Estos datos mejoran los obtenidos en el 2007 –primer año en que
la marca ha vuelto a la senda de los números negros- y, a tenor del aumento
de ventas registrado durante el primer trimestre, parece que terminarán
convirtiéndose en realidad.
El GranTurismo S se diferencia por fuera por pequeños cambios de estilo.
Lleva unas llantas de color oscuro de 20", dos salidas de escape ovaladas
y unas faldillas más prominentes en los laterales de la carrocería.
El interior del GranTurismo S destaca por su acabado en piel, que pueden elegirse
en un amplio abanico de colores. El acabado y la calidad de algunos plásticos
son mejorables. El equipamiento de serie es muy completo, pero para los más
sibaritas también se ha tenido en cuenta una lista de opciones. Entre
ellas, además de diferentes colores para la carrocería y para
las pinzas de freno, también se pueden elegir diferentes tipos de pieles,
el control de presión de neumáticos o la suspensión “Skyhook”.
Sin duda, un capricho recomendable para los pocos privilegiados que puedan plantearse
su compra.