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La Asamblea General Extraordinaria de la Federación Internacional de Automovilismo
(FIA) ha analizado este martes el escándalo sexual que afectó a
su presidente, Max Mosley, para clarificar el futuro del máximo dirigente
del Automovilismo Internacional, dos meses después de los hechos.
De los 219 clubes nacionales de 91 países miembros de la FIA que han
sido convocados en la sede principal de París, ha habido una representación
total de 169, de los cuales 85 eran Clubs de Movilidad y 84 Federaciones Deportivas.
La sesión ha sido iniciada por Max Mosley, que tras pedir un minuto
de silencio por el fallecimiento del ex presidente de la FIA Jean-Marie Balestre,
ha cedido la palabra al presidente del Senado de la FIA, Michel Boeri para conducir
la votación.
Boeri ha pedido al jurista Anthony Scrivener que expusiera las conclusiones
de la investigación encargada por la FIA sobre si era cierto que en el
video existía una connotación nazi como parte de los juegos sexuales.
En una breve intervención, Srivener ha concluido que desde la perspectiva
independiente que ha seguido en su investigación, podía afirmar
que no existieron dichas connotaciones nazis, que eran el motivo principal del
escándalo.
Seguidamente, Max Mosley hizo una breve intervención en su defensa,
donde apeló al derecho a la intimidad y al ataque personal que había
sufrido a su vida privada. De la misma forma, aseguró que trabajaría
de forma ardua para seguir manteniendo el máximo nivel que ha tenido
la FIA durante sus años de mandato.
Posteriormente, tomaron la palabra los representantes de distintos países,
como Australia, Uganda, Malasia, Portugal, España o Alemania, para expresar
su opinión sobre este suceso.
La votación, que fue secreta, ha concluido con 169 votos, de los cuales
4 fueon nulos, 7 abstenciones, 55 en contra y 103 a favor de la moción,
que significan que Max Mosley seguirá al frente de la Federación
Internacional de Automovilismo, al menos hasta las elecciones de 2009.