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Hamilton (McLaren) se adjudicó el Gran Premio de Mónaco, que debió
finalizar a las dos horas de su comienzo sin que se hubieran completado las 80
vueltas de su circuito, por delante de Robert Kubica (BMW Sauber) y Felipe Massa
(Ferrari), mientras que Kimi Rikknen (Ferrari) cedió el liderato del Mundial
de Fórmula 1, en beneficio de Hamilton, tras finalizar noveno.
Todo parecía conspirar en contra de Hamilton durante la sexta vuelta:
la lluvia le jugó una mala pasada y su monoplaza se salió en la
curva de Tabac. Pero el piloto de 23 años mostró aplomo, cambió
el neumático pinchado de su McLaren y se metió nuevamente en carrera.
Después de este incidente, no volvería a cometer errores y al
volante de un coche muy superior cruzaba la línea de meta por delante
del polaco Robert Kubica.
El cuarto puesto ha sido para el australiano Mark Webber (RBR-Renault), el
quinto para el alemán Sebastian Vettel (Toro Rosso-Ferrari), el sexto
para Rubens Barrichello (Honda), el séptimo para el japonés Kazuki
Nakajima (Williams-Toyota), todos ellos tras una carrera sin sobresaltos, y
el octavo para el finlandés Heikki Kovalainen (Mclaren-Mercedes), que
desde el cuarto puesto de la formación de salida, partió el último
al no arrancar para dar la vuelta de formación.
Alonso después de una carrera accidentada ha finalizado décimo
tras sufrir en la primera vuelta un golpe del alemán Nico Rosberg (Williams-Toyota)
en la curva del Hotel Fairmont. En la séptima vuelta se dio contra los
raíles de la curva que da entrada a la plaza del Casino y pinchó
la rueda trasera derecha y en la decimotercera se tocó con el alemán
Nick Heidfeld de nuevo en la curva del Hotel Fairmont.
"En una carrera con agua puede pasar de todo, y así ha sido. Arriesgué
en todos los momentos y me salió mal, ver si la próxima vez si
sale." comentaba Alonso. "Teníamos previsión de lluvia
por lo que pusimos ruedas extremas, pero tuvimos la mala suerte de que se empezó
a secar la pista y fue aún peor. Ir por la pista con extremas era muy
complicado", agregó.
La jornada no fue nada brillante para la escudería Ferrari. El brasileño
Felipe Massa, que partió desde el primer puesto de la formación
de salida, lideró la prueba con cierta tranquilidad hasta la vuelta decimoquinta,
en la que hizo una visita a la escapatoria de Santa Devota para ceder el mando
a Kubica.
Su táctica a una sola parada fue buena, pero la lluvia, o la ausencia
de la misma, desbarató sus planes. Las previsiones de Ferrari, como las
Renault, auguraban que iba a seguir lloviendo, así que cuando paró
a repostar a mitad de carrera, a Massa le volvieron a montar neumáticos
de lluvia. Con la pista cada vez más seca y sin rastro de lluvia, al
brasileño no le quedó mas remedio que detenerse por segunda vez
para montar las ruedas de seco, y lo más que pudo conseguir fue el tercer
puesto.
El petardazo del día lo dio Raikkonen. Fue penalizado al inicio de la
carrera con un drive through por no tener instalados los neumáticos cuando
el reglamento lo exige, estuvo lento con el piso mojado y, lo peor de todo,
se llevó por delante a Adrian Sutil, que era cuarto y estaba haciendo
la carrera de su vida, cuando se retiró el coche de seguridad. La imagen
del piloto alemán llorando en los boxes ponía la carne de gallina.
Kimi acabó noveno.