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El piloto británico Lewis Hamilton (del equipo McLaren-Mercedes) ganó
el Gran Premio de Australia de Fórmula 1 disputado este domingo en Melbourne,
primera prueba de la temporada 2008, en el que el español Fernando Alonso
(Renault) acabó cuarto tras salir en el puesto número 11.
El asturiano mostró una tenacidad admirable y logró un resultado
que parecía imposible con su actual coche, rozando un podio que finalmente
completaron los alemanes Nick Heidfeld (BMW-Sauber) y Nico Rosberg (Williams).
"¡Qué comienzo de temporada de ensueño! He controlado
la carrera desde el principio y he podido tomar un buen ritmo sin tener demasiada
presión detrás", se felicitaba Hamilton.
Ningún Ferrari cruzó la línea de meta, en el peor comienzo
de temporada de los defensores del título desde 1992.
El coche de seguridad tuvo que salir en tres ocasiones, conforme los coches
chocaban contra las vallas y entre ellos, en un circuito con pocas zonas de
salida. El piloto de Honda Jenson Button, una de las primeras bajas tras chocar
con su compañero Anthony Davidson y el alemán Sebastian Vettel,
dijo que había sido un "caos por todas partes".
"Ha sido una carrera muy rara, con muchos adelantamientos, incidentes
y problemas mecánicos. Hemos logrado aprovecharlo al máximo y
terminar el Gran Premio con un buen resultado", decía el asturiano,
que salía del puesto 11 en la parrilla de salida de esta primera prueba
de la temporada.
Su jefe, Flavio Briatore, estaba encantado con la primera carrera de Alonso
de vuelta a Renault. "La cuarta posición de Fernando es un excelente
presagio para el comienzo de la temporada. Ha hecho una carrera soberbia, luchando
a fondo para remontar desde atrás", se felicitó el italiano.
Al final, varios pilotos terminaron puntuando de forma inesperada: el japonés
Kazuki Nakajima fue sexto y Bourdais, a pesar de abandonar a tres vueltas del
final, séptimo, seguido por el octavo puesto de Raikkonen, que se benefició
de la hecatombe generalizada para lograr un punto.
Para el diario Marca, líder de la información deportiva en España,
el resultado de Alonso es "muy engañoso. Si no fue real la retrasada
undécima posición de la parrilla, tampoco lo fue la cuarta de
carrera. Nadie en Renault podía imaginar un resultado así, máxime
cuando Fernando estuvo anclado durante mucho tiempo en la décima plaza.
Como suele ser ya tradición, el safety car perjudicó al asturiano
en dos ocasiones, aunque también es cierto que al final la suerte le
sonrió con los problemas de Bourdais, Kubica y Nakajima, la penalización
de Barrichello y el error de Kovalainen".