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Lewis Hamilton se olvidó el pasado domingo de que no estaba en un circuito
de fórmula 1 y pisó el acelerador a fondo. El subcampeón
del mundo circulaba por la autopista A26 cerca de Laon, en el norte de Francia,
cuando un radar detectó que su Mercedes CLK 63 AMG con matrícula
alemana alcanzaba una velocidad de 196 km/h. Eran aproximadamente las 4 de la
tarde y estaba en la comunidad de Chéry-les-Pouilly, y se dirigía
hacia Calais-Reims.
Como el resto de los mortales que se han excedido con el acelerador en Francia,
Hamilton perdió al instante su carné, que permanecerá en
las dependencias de los juzgados de Laon hasta que el infractor preste declaración
en enero.
"El conductor, explicó la policía francesa, reconoció
de inmediato la infracción, se justificó diciendo que corría
porque la autopista estaba vacía y estuvo muy gentil durante todo el
atestado". La infracción se tradujo en una multa de 600 euros, que
Hamilton pagó de inmediato; la retirada de carnet durante un mes y la
inmovilización del coche porque no era del piloto y llevaba matrícula
alemana, pues se trata de uno de los coches que Hamilton tiene cedidos por la
fábrica alemana. Al día siguiente, un amigo de Hamilton retiró
el vehículo confiscado.
"Es un tramo muy frecuentado por extranjeros que tienen tendencia a cometer
excesos de velocidad", precisaron los agentes.
No es el primer piloto al que le pasa: Ralph Schumacher vivió la misma
situación en 2001 en Austria (170 km/h. en zona limitada a 100); Juan
Pablo Montoya se quedó sin carné en Niza en 2003 (204 km/h); y
Giancarlo Fisichella lo perdió en 2005 en Roma (148 km/h. en zona con
límite en 60).
Hamilton, de 22 años, fue este año la revelación del mundial
de F1 y mantuvo una durísima pelea con Fernando Alonso por la supremacía
en el equipo McLaren. El británico llegó a la última carrera,
el Gran Premio de Brasil, con cuatro puntos de ventaja sobre Alonso y siete
sobre el finlandés Kimi Raikkonen. El de Ferrari acabó ganando
la carrera.