Ferrari se declaró satisfecho, este viernes en un comunicado, con la decisión de la Federación Internacional del Automóvil (FIA) de juzgar inadmisible la apelación de McLaren-Mercedes contre Williams y BMW Sauber, confirmando así el título mundial de Kimi Raikkonen (Ferrari).

Esta decisión "pone punto final a una temporada intensa, tanto en las pistas como fuera", señala Jean Todt, responsable interino de la sección deportiva de Ferrari en este comunicado.

El Tribunal de Apelación, "tras escuchar las explicaciones de ambas partes y después de examinar varios documentos y otras pruebas", decidió que "el recurso del equipo Vodaphone McLaren Mercedes es inadmisible". Dicho tribunal, presidido por el checo Jan Stovicek, estaba también compuesto por el estadounidense John Cassidy, el griego Vassilis Koussis y el portugués José Macedo e Cunha.

Tres de los cuatro pilotos afectados por la investigación, Nico Rosberg, Robert Kubica y Nick Heidfeld, se clasificaron por delante de Hamilton, que acabó séptimo, por lo que la descalificación de los tres pilotos hubiera supuesto un cambio de manos del campeonato.

La argumentación de los prestigiosos abogados de la escudería inglesa fue muy buena, pero les faltaba una prueba clara a la que agarrarse. Además, no dejaba margen a una solución de compromiso, ya que solicitaba descaradamente el título mundial para Hamilton: "Está claro que la violación de esta norma tuvo un efecto en la mejora del rendimiento. Si utilizas gasolina más fría mejoras la potencia. Cada vez que en el pasado ha habido una descalificación, hubo una reclasificación. Todo lo que les pedimos que hagan es lo que normalmente ocurre". No está mal para un equipo que sólo quería una clarificación del reglamento. Una vez más, a McLaren le han sobrado los golpes en el pecho, en lugar de reconocer su derecho lícito a intentar alcanzar la victoria.

"A mí se me caería la cara de vergüenza de ganar un título en los despachos", comentó Alonso nada más conocer que su equipo había recurrido la clasificación de Brasil.

Al término de la carrera, los comisarios de la FIA optaron por no imponer ninguna sanción a los cuatro coches implicados. Pero McLaren no lo aceptó y decidió llevar el caso a los tribunales del máximo organismo del motor, donde les han vuelto a ratificar la decisión tomada en su día.

La Corte de Apelación hizo justicia, ya que hubiera sido un verdadero escándalo si Hamilton se hace con el título en los despachos. Incluso Bernie Ecclestone amenazó con retirarse de la F1 si hubieran dado la razón a la reclamación de McLaren.