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La FIA castigará a McLaren con una sanción de 100 millones de dólares,
unos 72 millones de euros, y la retirada de todos los puntos en el Mundial de
Constructores por uso fraudulento de información en el supuesto espionaje
a Ferrari. Esta decisión no afectará al mundial de pilotos y los
tres pilotos de McLaren, Fernando Alonso y Lewis Hamilton podrán disputar
la competición sin sufrir ninguna penalización.
La escudería británica fue declarada culpable de haberse beneficiado
de informaciones técnicas provenientes de su rival Ferrari.
De este modo, y después de una tarde en la que se rumoreó que
McLaren Mercedes podrían ser expulsados de este Mundial y del de 2008,
Alonso podría vencer en la pista a su compañero de equipo, Lewis
Hamilton, que ahora mismo le aventaja en tres puntos en el Mundial de pilotos.
El organismo también asegura que McLaren estará el año
que viene bajo observación por si se aprovechan de alguna información
procedente de Ferrari, en cuyo caso podrían sancionar de nuevo al equipo
anglo-germano en 2008.
"El Consejo Mundial deberá recibir un completo informe técnico
de los coches de McLaren para 2008 y en su reunión de diciembre próximo
estudiará si debe sancionar o no al equipo para la temporada próxima",
agrega la FIA, que explicará mañana viernes los motivos completos
de estas decisiones.
Ferrari, en tanto, se mostró satisfecha por la decisión del Consejo
Mundial y se declara "satisfecha porque la verdad ha salido a la luz".
"Ferrari supo hoy que el equipo McLaren-Mercedes fue sancionado por haber
violado el artículo 151c del Código Deportivo Internacional",
señala la escudería italiana en un comunicado.
"A la luz de las nuevas pruebas examinadas, quedó demostrado que
hubo un comportamiento de excepcional gravedad que perjudica seriamente los
intereses del deporte", agrega el comunicado.
El asturiano ya está en el circuito de Spa preparando la carrera del
domingo, mientras que el inglés ha sido testigo esta mañana en
París en esta trama de espionaje industrial.
El español se mostró ajeno al juicio desarrollado en París.
Sin todavía el veredicto en la mano, el bicampeón siguió
la monótona rutina técnica de los jueves, salpicada de reuniones
con ingenieros, repaso de datos y tiempos muertos.